De cine y bellakeo cuir: existamos sin pedir permiso

Actualmente, el género documental es columna vertebral del nuevo cine mexicano. Propuestas como las de la directora Itzel Sarmientos Roque (“Sarmientos”) reivindican el lugar de las sexodisidencias barriales en las artes.

Mi yo de 15 años estaría más tranquila de verme y de ver a lxs compañerxs que he encontrado (…) Abrazaría mucho a ese ser (…) que se sentía perdido”, escribió Itzel durante la Marcha del Orgullo de 2021 y semanas después de que su documental Capturando el tiempo llegara a muestras de México, Perú y Argentina, país que le otorgó dos menciones honoríficas en el Festival Internacional de Cine Austral. Para la también música y cofundadora de la casa productora Lxs Rechax, narrar(se) detrás de la cámara forma parte de una contienda que vivimos a diario: reivindicar y defender nuestro lugar en el mundo y bajo términos propios.

Morra, cuir, morena y de barrio”, Itzel recuerda una infancia y pubertad marcadas por una sociedad misógina, lgbtfóbica, racista y clasista que, como a muchas sexodisidencias de la periferia, le dijo: “No puedes estar aquí”. En respuesta, comenzó su carrera artística en el teatro callejero. Se presentaba en las estaciones del Metro de la Ciudad de México.

En medio de una situación complicada para el arte urbano —incremento del acoso de grupos delincuenciales, persecución por parte de las autoridades y un total desinterés institucional—, la ahora directora encontró una oportunidad. La “suerte y casualidad” en su primer casting le permitieron involucrarse en el séptimo arte.

Aunque su papel como Yesi en Extraño pero verdadero (Michel Lipkes, 2017) la acercó al cine bajo una mirada social, sintió que algo faltaba: contar su historia. “Me pasa mucho que siento la necesidad de decir y compartir cosas”, expresa. Desde pequeña se reconoció como parte de la población LGBT+.

Como adulta e integrante de la escena independiente capitalina, la inclinación y priorización de la cultura sexodiversa y barrial tienen que ver con identidad y pertenencia. A través del perreo-cumbiatrón —ruta que explora al lado de Sonido Violeta— y piezas como + Ke Hermanas Karn4las aborda cuestiones que nos inquietan/mueven/inspiran durante nuestra exploración y liberación sexoafectiva.


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“Todo lo que hago es un mix de chile, mole y pozole. Pero siempre he tenido muy claras las situaciones y experiencias que me cruzan. Afortunadamente, tuve el privilegio de la educación (no debería serlo). Mientras estudiaba cine me di cuenta de que mi contenido no se parecía al de mis compañeres. Lo mismo me pasa con la música. No dudo en compartir parte de mi intimidad porque sé que las morritas se identifican con lo que ven y escuchan. Por ejemplo, con “Súbete a mi bici (Miau Miau)” es un mensaje para la Itzel chiquita que iba por su novia y se la traía en sus diablitos desde Álvaro Obregón, algo muy de lenchas de barrio”.

Para Sarmientos, el reclamo de la representación de “no binariedades y lenchitudes” en las artes no sólo está ligada a los contenidos. También tiene que ver con la creación, apertura y facilitación de espacios.

Con documentales como L4 ti4nguis (disidentxs) (2022), la directora expresó su preocupación por la violencia económica a la que se enfrenta la población LGBTTTIQA+ mexicana. Se siente orgullosa de “hacer las cosas con lo que se pueda”. Sin embargo, asume que “el varo es una limitante”. Hasta la fecha, los proyectos en los que ha colaborado han sido autogestivos. “Todo es entre amix”, detalla.

En el camino como artista independiente ha reforzado su postura sobre la colectividad. Reconoce que, como en todo, “llegan a haber diferencias”. Pero está convencida de que el trabajo con otres “es uno de los primeros pasos para desgastar un sistema que siempre ha tratado de hacernos enemigos”.

Detrás del éxito de temas como “Todavía pienso en ti (Mándame un meme)” y “Con ese fuego sí me quemo” se encuentran las morras que, en búsqueda de unas buenas noches de perreo lésbico (tijeras bellakas en el argot sáfico), se suman al apoyo de propuestas locales como Una peda (quir) y Travesura. Por otro lado, en la “utopía alcanzable” de Lxs Rechax, Itzel confabula al lado de quien ha sido su cómplice desde la escuela: Zoi Ruiz, creadorx no binarix.

Como estudiantes, Zoi e Itzel se unieron por “contenidos en común”. Como socixs, se esfuerzan por impulsar una casa productora exclusivamente por y para personas LGBTTTIQA+. Además de una postura que haga contrapeso a la situación de violencia laboral contra las sexodisidencias, Sarmientos sostiene que el propósito es “generar mejores oportunidades y condiciones para la bandita que quiere contar sus historias”.

Sea en un festival fílmico o “raspando el piso” al ritmo del bellakeo cuir, la consigna de la directora presente en la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MICGénero) 2023 es clara:

“De las artes aprendemos lo que es la reciprocidad: conocer lo exterior es algo que genera algo muy nuestro. El cine y la música nos hacen saber que podemos estar en donde queramos. Lo merecemos igual que cualquier otra persona. Vamos a existir aunque no les parezca”

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