Opinión

El verbo to Bi.

Marcha del Orgullo LGBT+ de Mérida, Yucatán, 2023 - Foto: Lilia Balam
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Victor Aarón Quijano

Aliado feminista, deconstruyendo la masculinidad; asesor de turismo comunitario y gestión cultural. Promotor de prácticas narrativas y mediación. Activista en Derechos Humanos #Magia Gay. Psicopedagogo, Maestro en Derecho Político. Ciudadano de tiempo completo. Debatamos y narremos desde otra perspectiva @vaaron_q / victorquijanobe@gmail.com

Y fue entonces que Bruno le dice a Pol Rubio “¿tú sabes que esto que te pasa tiene un nombre? Bisexualidad” (Merlí: Sapere Aude T. 1, Ep.1, 2019).

En sentido gramatical un verbo es una clase de palabra que busca expresar acciones, procesos, estados o la existencia que afecta a las personas y lo que les rodea, por lo que ser bisexual, como yo lo defino es similiar a ser un verbo. Es la magia de ser, existir, reconocerse y abrazarse en la diversidad.

Por la historia social reciente, se nos ha hecho creer en el imaginario que la bisexualidad es un mero trámite hacia la homosexualidad, crecí creyendo y escuchando que las y los bisexuales estaban mucho más confundidos que los homosexuales de los 2000’s; se pensaba que aquellos estaban en el punto medio, en el gusto por probar y en el proceso de decantar.

La bisexualidad es mucho más presente, mucho más válida y mucho más actual de lo que pensábamos, de hecho la última Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG, 2021) del INEGI, reporta que más adolescentes y jóvenes se identifican como personas bisexuales, teniendo ya mucha más presencia incluso que los homosexuales y las lesbianas.

En nuestro país 2.4 millones de mexicanos (mayores de 15 años) se auto adscriben como bisexuales; la importancia de estos datos radica en como mencionó Alejandro Encinas Sub Secretario de DDHH de SEGOB en su momento, no solo en el análisis de la población, sino en la posibilidad de que con estos datos se pueda plasmar políticas públicas encaminadas a proteger los derechos humanos de todas las poblaciones diversas, generando el fortalecimiento de acciones afirmativas para prevenir y erradicar la homofobia, la transfobia, la lesbofobia y la bifobia.

Ser bisexual entonces se trata de una atracción física, romántica, sexo-afectiva válida de las personas del mismo género y de otros géneros, es decir, saberse bisexual es tener una orientación sexual. Que no se remite únicamente a la dualidad, yo me atrevo a pensar que la bisexualidad es tan cercana a ser queer, porque así como hay personas bisexuales que sienten atracción por hombre y mujeres, hay otras personas bisexuales que sienten atracción por hombres, mujeres, de género fluido, no bineries y queers, con o sin importancia del género o la autoafirmación sexo-genérico.

Aunque muy seguramente habrá quienes piensen, que estas afirmaciones se acercan más a los postulados de la pansexualidad, sin embargo es en la fluidez en habitarse de manera plural y viniéndose en la libertad de la atracción, pero no por ello deja de ser una orientación sexual compleja, que la bisexualidad es el verbo que nos encarna hoy en día, con la generación más bisexual en la historia de la humanidad.

“Es difícil porque una de las primeras cosas con las que te encuentras es que hay una lista eterna de prejuicios alrededor de la bisexualidad” (Luz Elena Aranda, activista bisexual en entrevista para BBC Mundo, 2022).

Marcha del Orgullo LGBT+ de Chihuahua 2023. Foto: Misael García.

Es este amplio espectro, es que para muchos incluso propios del estudio, no se había tomado la discusión conforme a las vivencias bisexuales, ampliamente lo referenciado siempre ha sido la homosexualidad al hablar de orientaciones sexuales en la literatura, los programas televisivos, el cine, el arte y la música, pero es entonces que la representatividad de la bisexualidad empieza a tomar relevancia, cuando desde la cultura popular las nuevas generaciones reclaman mayor visibilidad de personajes como Nick Nelson (Heartstopper, 2022) interpretado por Kit Connor o Alex Claremont-Diaz, del libro Red, White and Royal Blue (2019), así como la presencia de Alfonso Dosal, Angelina Jolie o Cara Delevingne en los medios masivos de comunicación a partir de la década del 2010, es que la bisexualidad ha sido nombrada desde un nuevo lente, mucho más territorial, mucho más incluyente, mucho más normalizado y que ha permitido el reconocimiento, la validez y la representación de saberse desde la dignidad. #lavisibilidadimporta

Plataformas como bisexual.org han permitido que más jovenes puedan identificar estas expresiones, sentimientos y dudas, teniendo un espacio para ahondar en la descripción de lo que sus propias experiencias de vida les permitan autopercibirse como bisexuales, y es que después de la música de David Bowie, no hay nada más natural que ver personajes Bi en ficción como Lando Carlissian y Poe Dameron en la saga de Star Wars; Valquiria y Loki en el MCU; Brittany S. Pears en Glee; Elio Perlman en Call me by your name; Annalise Keating en How to get away with murder, y hasta Miranda Hobbs en And just like that: un nuevo capítulo de Sex and the City, han plasmado las vivencias de la bisexualidad, sus retos dentro de la sociedad hetero-normativa, las inquietudes en la familia y sus diferentes procesos personales, de ficción a realidad, mucho y casi nada a la vez, de lo que sucede en las sociedades a la mexicana

Hay un gran trecho de distancia entre las vivencias de Luz Elena, Kit Connor y la Bi activista política yucateca Andrea Tamayo, con quien hablé para este artículo; la discusión de la bisexualidad y sus aseveraciones, no solo se ve desde la cultura pop, sino desde la economía, la geografía y lo inter generacional.

Tal como Marina Castañeda defiende en su libro “La nueva Homosexualidad”: es cierto que la moda gay ha tenido alguna dimensión lúdica, consistentemente en burlarse de los estereotipos y a veces de los mismos estereotipos gays […] lo que pudiera parecer y así ha sido interpretado, una ambiguedad o una confusión de género, en realidad no lo es, es un asunto meramente pragmático. La historia reciente de la homosexualidad y la bisexualidad no hacen más que reflejar lo que está ocurriendo en la sociedad.

La importancia de continuar desde el activismo y desde la representación, ha llevado a activistas del entorno político-electoral como Andrea Tamayo a plantear postulados importantes en materia de derechos humanos, político-electorales y de visibilidad en el entorno, dentro de una sociedad conservadora como el de la península de Yucatán, y por ello es que su apuesta desde la militancia le llevó a participar en el VI Encuentro de Liderazgos Políticos LGBT de las Américas y el Caribe, celebrado el pasado mes de julio en la CDMX. 

Andrea Tamayo, activista bisexual. Foto: Cortesía.

« Lo que no se nombra no existe. »

Andrea se encontraba saliendo de un proceso terapéutico en 2020 luego de una relación heterosexual con violencia psicológica, cuando se atreve a verbalizar que las mujeres se le hacían atractivas. “Y es que me sabía bisexual desde niña pero por la educación de mi abuela terminé reprimiendo esos comportamientos y esa parte de mi identidad, por lo que hasta los casi 21 años volví a tener esa manifestación y luego de otros noviazgos con chicas fue que decido vivirme abiertamente como mujer bisexual, ahora en todos mis espacios con mi familia, amigos, contactos profesionales, el trabajo, soy yo, libre, abiertamente bisexual; la verdad es que yo nunca he sentido en el partido que milito una falta de respeto, la razón por la cuál estoy ahí es porque creo que hay causas que se acompañan desde acciones afirmativas en el espectro político, como el derecho a decidir, las causas feministas, las causas de la diversidad sexual y de género y en general desde escuchar a los grupos en situación de vulnerabilidad, por ello es el único espacio político donde me siento cómoda, segura y me siento libre de ser quien soy en totalidad”.

Como Secretaria de Derechos Humanos y militante de Movimiento Ciudadano, Andrea tiene la labor de impulsar causas con interés de visibilizar, desde donde no se nombra a quienes se habitan diferente, por lo que de acuerdo a la estadística, Yucatán tiene una tasa de juventudes bisexuales bastante alta, muchos jóvenes se identifican con esta orientación sexual, es por ello que es importante proponer mecanismos de acción y generar espacios seguros, desde donde las y los bisexuales, a ejemplo que en la política hay muchísimas personas bisexuales, pero lamentablemente no se atreven a decirlo por cuestiones de moralidad y estigma social de familia, también es necesario tener en cuenta que en el mismo sentido, no podemos sacar a nadie del closet, es una primicia de respeto; y es entendible el prejuicio y el estigma en esta sociedad donde a costado tener cabida y representación de las diversidades sexuales, y afirma Andrea: “considero que el prejuicio más fuerte está en la mirada que le ponen a las personas bisexuales, por lo que hay esa creencia de libertinaje, la forma de relacionarse sexo-afectivamente y hasta en ocasiones, que se comete mayor infidelidad”.

La estadística nuevamente nos confirma que quienes más Infecciones de Transmisión Sexual transmiten, son los hombres cis hétero, además de la falta de educación sexual para el cuidado, la prevención y la salud sexual segura. Ellos son quienes más contagian a las mujeres cis género, bisexuales o mujeres trans.

Las políticas de salud se enfocaron en los últimos años a tratar el Covid-19 y dejaron de lado otras enfermedades, teniendo un repunte considerado, en 2021 hubo 6 mil 609 casos de herpes, hoy en día es un poco más de 8 mil. Otros casos, como afirma Guadalupe Soto, especialista en epidemiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, es el avance considerado en la gonorrea y la sífilis, afectado en mayor medida a mujeres jóvenes, al igual que la afección de la vulvovaginitis, que en la actualidad ya rebasan los 458 mil casos. Y no dejamos de lado, la importante cifra creciente de VIH, que ha alcanzado 15 mil nuevos casos, considera la especialista.

Andrea Tamayo durante el VI Encuentro de Liderazgos Políticos LGBTI+ de las Américas y el Caribe, en Ciudad de México, julio de 2023. Foto: Cortesía.

Del Verbo to Bi al abecedario sexual.

¿Y no será que la misma naturaleza, nos ha empujado a desafiar la visión binaria y de género en tanto? ¿Podrá ser que Aristóteles, fundador de la biología (aunque no sabía que eso estaba fundando), más bien estaba proponiendo en sus hipótesis que la norma se encontraba en la dualidad? ¿Será acaso, como menciona Woody Allen, que la bisexualidad multiplica las oportunidades de conseguir una cita el sábado por la noche y por ello testear más sabores de la gama de helados? Pero explorando en sentido real, los imperativos que nos comparte Andrea son reveladores:

La verdad es que abrir el panorama en cargos públicos de elección popular en américa latina, nos permite vivir con esperanza a nosotres de la diversidad sexual mexicana, es enriquecedor escuchar casos de países de América del Sur, como en Brasil, en donde hay un trabajo territorial muy fuerte que si lo adaptamos a la situación que vivimos, estamos aún en el proceso, a mi me causó mucha emoción los trabajos realizado en el Encuentro de Liderazgos Políticos, pensando que esas realidades se puedan vivir en el país, pero aún nos queda camino, incluso es frustrante cuando un compañere ocupa un cargo legislativo, y no se toman el tiempo para representar dignamente el papel que han obtenido, por ejemplo para hacer una ley, un punto de acuerdo, un exhorto o plantear un producto legislativo de impacto social; entonces sí es necesario que personas LGBTQ+ y las mujeres ocupemos un cargos de poder, pero está en la responsabilidad de los partidos políticos preparar a los representantes para que realicen un buen trabajo y no tengamos, lamentablemente casos como María Clemente, quien está desaprovechando un oportunidad histórica en un espacio tan poderoso como lo es la Cámara de Diputados, a diferencia del trabajo de Salma Luévano, que el trabajo de esta diputada ha sido visible, de impacto social y ha levantado la voz por las personas trans, se prepara constantemente y lleva sus causas mucho más al frente que su militancia”. Esto es lo mismo que pediría que todas, todos y todes, tuviéramos la necesidad de exigir, antes que celebrar solo por el hecho de llegar. No merecemos representantes que estén pasando por infortunios y vergüenzas, ni a quienes nos representan en cargos de poder; no lo merece la ciudadanía, ni la militancia ni al interior de los partidos políticos.


El hedonismo es central para el pensamiento de la paz. Uno de los mayores retos en la diferencia observada, es tener representantes con orgullo y ser representados por líderes que se asuman abiertamente como bisexuales, homosexuales, lesbianas o personas trans, abiertamente LGBTQ+, ya que es necesario concientizar que nuestro trabajo aunque no se define por nuestra orientación sexual, sí nos otorga mayor presencia y visibilidad al momento de crear narrativas distintas de vivencias y experiencias, que en suma, proponen una sociedad donde se practique la inclusión. 

Vivirse Bisexual en la sociedad… “Yo deseo que en las generaciones presentes y futuras, la orientación y la identidad de género no sea un tema difícil de abordar, pienso que no debería representar un escándalo al interior de una familia, no debe ser una merma en la calidad de vida de aquella persona que se atreve a nombrarse diversa”. Políticamente hablando, la orientación sexual sí es importante por las acciones afirmativas y el andamiaje en materia de cultura de Derechos Humanos, pero tu bisexualidad no define tu persona.

Es por ello que Andrea y demás Bi activistas conforman un sentido crítico de lo que es mostrarse en el espectro político y liderar espacios y secretarias al interior de los partidos para provocar aquello desde la mirada de la Política Queer,los estudios queer latinoamericanos generando un diálogo transversal, desde la política de traducción cultural, creando realidades a las problemáticas, discursos a las teorías, e intercambios del centro a la periferia; la diversidad propulsa el sistema de género” (Héctor Domínguez, 2019). 

Llegó el momento de entender que llegamos al piso donde alcanzamos un nivel de igualdad social, estamos en igualdad de condiciones para ocupar espacios (de elección popular), es decir los hombres cis-hetero dejaron de ser dueños del mundo, por tanto las mujeres trans, las mujeres indígenas, las personas no binarias, las lesbianas, las mujeres bisexuales tienen toda la capacidad, la misma dignidad y el poder de representar para tener representatividad en nuestro sistema social. No somos adjetivo, somos verbo.

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