Las infancias y adolescencias trans existen y esa es una realidad, la cual aunque está presente en nuestra sociedad depende de cada individuo cuando decide exponer a los demás su identidad de género, situación de la que muchas personas son conscientes cada vez a más temprana edad.
Es por este motivo por el que cada vez es más común que haya estudiantes que decidan dar a conocer que son niñas, niños y/o niñes trans, sobre todo en ambientes escolares de distintos niveles con sus amigos más cercanos, principalmente cuando su hogar no es un lugar seguro para ellos, según refiere Jennifer Blanco, directora ejecutiva de la Asociación por las Infancias Transgénero, asociación fundada en el 2018 que tiene como objetivo “asistir gratuitamente, los procesos de reconocimiento de la identidad de género de Infancias y Adolescencias Trans y No Binarias, en el campo jurídico, educativo, de salud y social”.
Debido a que los menores de edad pasan gran parte de su tiempo en la escuela y es aquí donde se desarrollan sus amistades y comienzan a desarrollar y expresar su personalidad que es importante que los docentes sepan qué hacer en caso de tener conocimiento que uno de sus alumnos es una persona trans.
Es por ello que la Asociación por las Infancias Transgénero lanzó en enero del 2024 el libro “Escuela. Desarrollo de Personas” en el que explican conceptos y la importancia de desarrollar un entorno saludable para todas las infancias y adolescentes, así como protocolos tanto para profesores, padres/madres de familia y compañeros de clase de cómo actuar y qué medidas tomar.
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Particularmente útil, la sección Protocolo de actuación para espacios escolares en caso de infancias y adolescencias trans y no binarias, contenida en el mismo libro, tiene como objetivo “orientar la actuación de autoridades educativas, administrativas, docentes, compañeras/es/os de Infancias y Adolescencias Trans y No Binarias, para lograr una convivencia respetuosa e incluyente dentro de los espacios escolares”.
Sumarizado, el protocolo de actuación para autoridades escolares descrito es el siguiente:
- Implementación de contenidos que visibilicen la realidad trans y no binarias, según la edad del estudiantado.
- Cuando se tenga conocimiento de un alumno/a que manifieste ser trans o no binario se analizará la posibilidad de una reunión con los padres de familia del menor para abordar el tema y garantizar un espacio seguro en clase. En caso de que se muestre una actitud negativa se planteará una plática informativa sobre el tema.
- En caso de no contar con una respuesta positiva hacia la identidad de género del menor, se canalizará a este último a la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
- Solicitar por escrito una carta de los padres de familia donde se expliquen los nombres y pronombres elegidos, así como especificar si se cuenta con acompañamiento psicológico al menor.
- Verificar que las autoridades escolares respeten el nombre y pronombre elegidos, independientemente de lo que señale su acta de nacimiento o documentos oficiales.
- Además de comunicar con el personal docente y administrativo la situación, se debe comunicar con los compañeros de clase los conceptos de trans y no binario, así como explicarles la importancia de referirse a o la compañera el nombre elegido y sus pronombres.
- Una vez que se reciban las actas de nacimiento y papelería oficial con nombre y género actualizado se deben hacer los cambios correspondientes en la documentación oficial escolar.
- Permitir que la infancia o adolescencia pueda usar el uniforme del género con el que se siente identificado, así como se debe permitir el uso de los baños correspondientes.
- Dar atención y seguimiento a casos de bullying que puedan surgir.
Aunque la asociación en la que trabaja Jennifer Blanco trabaja principalmente en el centro del país, su página web señala que acompañan familias y personas trans y no binarias de diversas partes de la República Mexicana y del habla hispana. El libro del que se extrajeron las anteriores recomendaciones para docentes está disponible al público de manera gratuita y, junto con más material bibliográfico, puede obtenerse aquí.
Asimismo, hay asociaciones locales en Chihuahua que pueden ayudar al estudiantado y menores trans.
Tal es el caso de Elizabeth Ruiz, psicóloga con maestría en sexualidad humana que colabora con Cheros A. C., otra asociación civil de Chihuahua que ayuda y orienta a personas de la diversidad sexual en situaciones como esta y otras más.
Elizabeth ha impartido pláticas y talleres en diversas instituciones educativas para sensibilizar sobre la comunidad LGBT+, principalmente en lo referente al alumnado trans, quien asegura que contrario a lo que se podría creer, a nivel local se ha encontrado un personal docente comprensible y comprometido con la causa.
Respecto al alumnado o compañeros de personas trans, confirma también que con sus debidas excepciones, actualmente la niñez y adolescencias cis (es decir, quienes no son trans) son más conscientes de la importancia de respetar los pronombres con los que se siente identificado cada persona, por lo que el mayor reto ha estado en el personal docente y administrativo.
Aunque se ha tratado de sostener un acercamiento constante y formal con la SEP por parte de la Asociación por las Infancias Transgénero, Blanco lamenta que esta institución federal no ha mostrado un interés en que esto suceda.
Pese a esto, ambas expertas coinciden en que las nuevas generaciones son más empáticas y abiertas con la población trans, hecho que es perceptible en el compañerismo que puede apreciarse en los salones de clase,
