Una visita al plantón que lucha contra la transfobia en la UANL

Georgina Agustina se balancea sobre una hamaca, al frente de una casa de campaña azul con blanco. Se ve a Georgina con el cabello medianamente largo, camisa gris, descalce, y con varios piercings en la cara.
Georgina Agustina se balancea en el campamento que tiene casi dos meses instalado al frente la Universidad Autónoma de Nuevo León / Foto: Alejo Alcocer

A finales de septiembre, el periodista Alejo Alcocer visitó el campamento que se mantiene hace casi dos meses en los jardines frente a la Rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Allí conoció a Gabriel y a Georgina, que desde este emblemático lugar luchan contra la transfobia, justo frente a las letras metálicas gigantes que representan a la Universidad.

MONTERREY, NUEVO LEÓN. Luego de que en 2017 el profesor Loren Daniel Ibarra fuera retirado de su cargo como docente de la Facultad de Psicología sin argumentos sólidos, y tras 4 años de  inacción por parte de la UANL para atender su caso, un grupo de manifestantes decidieron hacer un plantón en las jardineras de la Torre de Rectoría del campus universitario. 

A la fecha son ya más de 55 días en que no han conseguido ser atendidos por las autoridades universitarias.

El caso del doctorante en psicología Loren fue el detonante de la protesta. Sin embargo, otros casos se han agregado y la lucha por ser escuchados ha crecido e incluido a diversas comunidades. 

Dos de las personas  son Gabriel Morales, trabajador de la Facultad de Arquitectura, como coordinador de grupos estudiantiles,  y su hija adoptiva Georgina Agustina. 

El pasado 29 de septiembre, platiqué con elles dentro del surco circular que escarbaron alrededor de un árbol en donde instalaron sus casas de campaña. Arar un círculo, justo al lado del monumento a la Flama es una imagen poderosa. 

Por esa acequia redonda no corre agua, pero sí la decisión de alzar la voz, sembrar la semilla del sentido comunitario y alimentar la flama de la verdad. Alere Flammam Veritatis, histórico lema universitario, cuyo monumento, una antorcha metálica imponente, queda al costado del campamento, a menos de 3 metros.

Las emblemáticas letras de metal que representan a la universidad se encuentran intervenidas en protesta por la transfobia de la institución. Foto: Alejo Alcocer
Gabriel ha convertido una de las tiendas en su oficina. Foto: Alejo Alcocer

Hola Gabriel, para comenzar ¿Nos podrías dar un panorama sobre el plantón?

Hoy es el día 44 del plantón. Se ha transformado mucho. Las primeras semanas estábamos concentrades en las exigencias que teníamos para el caso del maestro Loren, pero ya estando aquí nos dimos cuenta de que es algo que nos pasa a todas las personas dentro de la universidad.

Eso habla de que la Universidad está fallando en inclusión y en transparencia. Estando aquí lo puedes percibir más porque se acerca gente que te comparte cosas que le han pasado y no solo de la lucha LGBT+ y trans. Eso nos hizo unirnos y cambió el panorama hacia la unión universitaria. Estuvo bien padre pasar de la victimización al empoderamiento. Hace falta alentar el espíritu universitario.

La institución no propicia la participación ni de los docentes ni de los estudiantes para modificar la universidad, que es algo que le convendría. El plantón más que solo resistencia y reclamo o protesta se convirtió en un semillero de comunidad. Esperamos que distantes luchas se unan por la universidad del conocimiento y las ciencias, que se supone que eso es la Universidad. Es una institución pública y nos concierne a todos. 

¿Cómo ha sido la respuesta de la comunidad de estudiantes del campus?

Tiene sus contrastes, hay mucha gente que se acerca con nosotros a hablar nos sorprende mucho. Sobre todo las madres de familia y la gente mayor de 50 años se acerca mucho a decirnos que esto es como los 70s, que hacía falta y te das cuenta que gracias a que estamos aquí expuestos y accesibles, hay muchas personas a las que les da gusto que exista esta manifestación. También algunos nos comparten lo que por su cuenta han hecho y eso nos da mucha pila.

Dentro de la parte mala… hemos estado teniendo mucho conflicto con los que vienen a recoger su título y quieren tomarse fotografías en la zona. Les cuesta trabajo entender que esa parte de la protesta sí es dirigida hacia ellos.

Nosotros no hubiéramos cubierto las letras de la UANL si las personas que vienen por su título fueran más conscientes de la necesidad, de la empatía. Incluso una persona de la comunidad lgbt se acercó a pedirnos una bandera del arcoíris, se tomó la foto con su título pero al subir sus fotos a redes no mencionó nada sobre la protesta. Al acercarse a pedirla no preguntó nada sobre lo que estábamos haciendo. Ahí fue cuando dijimos, si naturalmente no te vas a acercar, te voy a obstruir para que te des cuenta que aquí estoy.

Eso ha sido lo más difícil de estar aquí, de cómo puede haber tanta gente, y eso que las clases presenciales empiezan hasta el próximo 4 de octubre, ¿Cómo puede circular tanta gente y que a tan poca le genere interés? Hay muchos que se acercan pero a decirnos que quitemos la bandera… y se han armado pleitos y han habido amenazas físicas que provocan los mismos de seguridad y prevención de la uni… pero nadie se hace responsable. 

Gabriel Morales, trabajador de la Facultad de Arquitectura. Foto: Alejo Alcocer.

¿Qué le dirías a la comunidad en general que está despolitizada y que no entiende la importancia de la lucha?

Por eso la importancia del evento que tendremos el sábado 2 de octubre. Entender qué parte le toca a cada quién. Da felicidad saber que las personas que antes lucharon por nosotros ahora nos están reconociendo. Es un fenómeno interesante, ver cómo la lucha decayó. Y es algo de lo que queremos platicar ese día. ¡Los chicos de Tlatelolco eran más jóvenes que nosotros! . Nosotros somos treintañeros, Lauren está llegando ya a los 40 y nos faltó ese acompañamiento… pero, aquí los que están manteniendo el campamento vivo, y alentando la flama, son elles, gente joven, adolescentes, recién iniciando en los estudios o incluso, o no estudiando, pero entendiendo que aquí algo tiene que pasar. Es algo que le falta a nuestra generación, incluir a los más jóvenes y ya dejar nuestros daddy issues y queriendo que los más viejos nos acepten o hagan su trabajo.  Ya nos han demostrado que lo hacen mal.  Yo voy a hacer el nuestro, con mi comunidad, y ahorita les entregamos los avances… ¿No? La gente joven lo entrega y sacrifica todo, y la gente adulta se les queda ahí viendo nomás. Nos toca acompañarlos para que no tengan que esperar llegar a los 30 años y decir bueno… de qué se va a tratar mi lucha… así se caen las luchas.

Se caen y/o el capitalismo, especialmente el capitalismo rosa, las apaga…

Es que a nuestra generación, de los ochentas y noventas… a nuestros papás les vendieron la globalización, el trabajo duro, nos agarraron a chicotazos y nos dieron una cajita feliz de McDonalds.

Georgina y Gabriel en el plantón. Foto: Alejo Alcocer.
Carteles pegados en letras de la UANL. Foto: Alejo Alcocer.

A mi todavía me gustan las cajitas felices y que me den cinturonazos…

(Risas) Sí, obvio, obvio… pero las cajitas ya las consumes de que ¡a tu, a tu consciencia! Dices de que, wey, me lo estoy dando porque me lo merezco, porque puedo. Pero ya no te comes todo lo demás, ¿No? El discurso. Pero mucha gente sí. No puede separarse de sus comodidades. La globalización nos quitó la colectividad y la comunidad. Cañón. Y eso nos toca quitárnoslo de encima a nosotros.

Oye, cuéntanos más sobre el evento que organizaron para el 2 de octubre. 

Vamos a empezar a las 5 de la tarde, en la explanada frente a la torre de rectoría de la UANL, en el campus central. Y literal vamos a pasar el rato. Tenemos una lista de puntos que queremos empezar a teorizar, a crear nuestras propias ideas. Me interesa que un colectivo de personas, así sean 10 o 15, platiquemos de estos temas y se arme un panorama compartido para empezar la unión. Crear nuestra propia visión 2030 (risas), como le dicen estos. Hablar sobre a dónde queremos llegar como universitaries. Sobre el pensamiento crítico. Vamos a proyectar Rojo Amanecer. A pesar de que se diga que el 2 de octubre no se olvida, dentro de los detalles nos hemos perdido todes. Ya no se va al punto. 

Quiero que hablemos sobre la sublevación estudiantil. Entiendo que después de tanta violencia policial y del estado, la lucha se haya calmado, pero nos toca pensar qué nos toca a nosotros. Se lo debemos a ellos. Los universitarios no podemos dejar esa lucha. 

Así como la comunidad LGBT+ no puede soltar la lucha de las personas trans porque somos quienes la iniciamos y hemos estado al frente desde siempre. Hay que reconocer el esfuerzo que hicieron esas generaciones y sostenerlo. No hay que echar la panza a los laureles de creer que ya está hecho y que la realidad por la que lucharon ellos ya se alcanzó porque les estaríamos mentando la madre.

¿Para la proyección tuvieron que tramitar un permiso especial o va a ser un happening político?

No, no, esto es un espacio que nosotros tomamos y esto es territorio nuestro .

Hablando de espacios, ¿Cómo ha sido tu experiencia como persona trans dentro de la Facultad de Arquitectura?

Como yo estudié ahí ha sido bien difícil. Porque es gente que me conoció antes de transicionar. Entonces… Yo transiciono cuando ya consigo empleo. Fui becario por mucho tiempo, trabajé desde quinto semestre dentro de la facultad y ya no me fui. Pero, entonces, decirles, ahora soy esta persona fue muy complicado porque pensaban que tenían derecho a opinar, sobre todo dentro de lo personal. La institución no causó tantos problemas más bien… les falta humanidad. Entender que las cuestiones que ellos no cumplan, por ejemplo las administrativas, sí me vienen a pegar a mí como persona. 

Tal vez para ellos es solo burocracia administrativa pero el resultado de esos procesos me va a afectar a mí como humano. Y es algo que se les complica entender, de que necesito que cambies mi nómina. Porque luego yo tengo problemas en el banco, porque me puedo meter en pedos con hacienda, porque luego puedo cometer un fraude sin querer. No entienden la importancia de esos detalles ni le dan prioridad y lo pasan a después. 

Es lo peor, que en mi caso han sido detalles administrativos, no es discriminación, es falta de compromiso con los estudiantes. 

La entrada de una de las tiendas del campamento. Foto: Alejo Alcocer.

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Como está pasando ahora con la cuarentena que la universidad dice, les voy a seguir cobrando las instalaciones, aunque estén tomando clases a distancia y es como que: wey ¿tú crees que los chicos no necesitan ese baro que tú como universidad te estas ahorrando? O cuando vas a pedir un horario especial porque tú estás trabajando y ellos no se detienen a pensar que de ahí dependes. Y te dicen “no pues no hay nada que pueda hacer por ti”. Entonces o te quedas sin trabajo o te quedas sin estudios. ¿NETA? O sea, yo no quiero ser iluso, yo no quiero que la uni no robe, eso es una tontería, yo quiero que hagas lo que tengas que hacer y NO te CUESTA NADA incluirme. 

Vista del campamento. Foto: Alejo Alcocer.

De acuerdo a un comunicado de la organización “El Closet LGBT A.C.”, el profesor Loren Daniel Ibarra cuenta con 12 procedimientos abiertos en la UANL, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Junta de Conciliación y Arbitraje, la Fiscalía del Estado de Nuevo León, UNIIGENERO, CIIGEN, CONAPRED, CNDH, los Juzgados de Distrito en Materia de Trabajo, y los Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo.

Georgina. Foto: Alejo Alcocer.

Platicamos también con Georgina, quien también se encuentra resistiendo en el plantón. Pero es mejor dejarle presentarse:

Te gustaría presentarte a ti misme para los lectores de Altavoz.

Sí, hola. Mi nombre es Georgina Agustina, tengo 16 años, soy trans, no binarie. Mis pronombres son ella, elle y estoy aquí protestando desde hace unos 36 días y busco que se haga… that… que nuestros derechos se hagan iguales. 

Hace rato que te saludé me contaste que esperabas entrar a la UANL.

Sí, yo ahorita apenas voy para prepa. Apenas tengo la secundaria y pues como mi papá (Gabriel), trabaja aquí en arquitectura, estamos pensando en que ya me adopte legalmente, y pues así yo poder entrar a la prepa aquí en la UANL. 

Pero yo por eso estoy protestando, para que no se haga lo mismo, repetir los patrones, que sean más generaciones más libres, con más poder y más libertad de hacer lo que ellos quieran y de vestir como ellos quieran.

Cuéntanos de la casa donde viven. Escuché que es un hogar en comunidad. 

Esa casa es como un centro de rehabilitación, o sea hay muchas formas de ver la casa. Ahí también es como un refugio para sentirte segure donde te puedes expresar y nadie te va a discriminar ni te va a decir cómo hacer lo que te gusta hacer. Y pues ahí puedes ir a cantar, a dibujar, a bailar o simplemente a dormir. Está en Apodaca, N.L. y pues ahí vivimos yo y mis dos papás y somos como una familia trans hecha por decisión propia y se fue dando por el destino. 

Si une de nuestres lectores se encuentra en la necesidad de un lugar así ¿Cómo les puede encontrar?

Pueden entrar a mi instagram @astrok_trina y ahí o si me ven en la calle también.

Oye, y ¿Ya pensaste qué te gustaría estudiar?

Es que no sé, yo ahorita estoy como muy cegada por la onda de la astrología, lo místico. Pero también me gusta mucho lo electrónico, lo DJ. Quiero ser DJ, pero antes quería ser diseñadora de modas. Estoy en ese proceso, viendo qué pedo, descubriéndome. Me gusta mucho estilizar a las personas, a la gente, pero no sé. 

La organización "El Clóset LGBT AC" les ha acompañado desde el principio del plantón. Foto: Alejo Alcocer.

¿Qué le cambiarías a mi outfit?

Nada, nada , te ves muy agusto (risas).

¿Qué le dirías a la gente de tu edad que no se compromete a este tipo de luchas y protestas? ¿Cómo los convencerías para que se integren?

Pues que les tiene que interesar, verdaderamente, yo veo a muchas personas de nuestra comunidad misma que no les interesa el tema. No puede ser que no estén luchando por nuestro propio futuro que es esencial y vital como lo hicieron nuestros ancestros y antepasados. De que las  mujeres y personas trans, gracias a ellas estamos aquí, resistiendo. Es lo mínimo que les debemos. Que se pongan a introspeccionar su vida, que abran sus ojos y que no se dejen cegar por el patriarcado ni por el gobierno, que todo es una mentira, verdaderamente. Todo está impuesto por el gobierno y la matrix. Saludos a todes los que están leyendo, y bonitas vibras y les amo mucho.

"Transfobia UANL". Foto: Alejo Alcocer.
Desde el 17 de agosto que se instaló el plantón ninguna autoridad universitaria se ha acercado a dialogar.
“No sé cómo resolver esto, nunca me había tocado un tema trans”, le dijo la Presidenta de la Junta donde se encuentra la demanda laboral del profesor Loren Daniel Ibarra contra la Universidad, a su abogada María Romero. La abogada resaltó que en Nuevo León no existe un antecedente de despido injustificado a una persona trans por su adecuación de identidad, aún cuando existen varios casos de personas que son despedidas por esta razón.
Loren recibió un reconocimiento como mejor maestro por el alumnado de la Facultad de Psicología en 2017, año en que fue despedido injustificadamente por la UANL.
Puedes seguir el caso en redes sociales mediante la etiqueta #TransfobiaUANL, y puedes firmar la petición de Change.org sobre el caso dando click aquí. Al momento de publicar este artículo la petición lleva más de 15 mil 300 firmas.

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